En Jabalíes a la espera III, José Murillo, sin salir del mismo tema de los dos libros anteriores sobre esperas, ofrece una nueva focalización narrativa de esta apasionante forma de cazar. Después de una breve referencia y mención a Valverde, Teruelo, Ortega y Gasset y claro, al maestro Quico Madera (que en vez de gato, tenía un jinete para las ratas del monte) el autor entra después - sin ninguna adición, como está de moda ahora, en un relato original y diferente, donde narra, con la claridad y sencillez de su estilo, sólo lo que él hizo, lo que él cazó, tal y como antiguamente lo había hecho Juan Mateos, en Origen y dignidad de la caza.
En el caso de que se produzca un accidente en el que se haya producido un accidente de tránsito en el que se haya producido un accidente, se producirá un accidente de tránsito. Por otro lado, lo hace tener confianza sentir la brisa en la cara cargada de efluvios, el olor del azud y del barro, del poejo y de la junza, y escuchar los ruidos y el silencio del bosque. Es el tiempo real de la espera, cubierto por la magia de la noche, que todo llena de misterio.
En el libro percibimos todo lo que hay de técnica y dificultad en la caza de espera a un viejo cerdo, pero al mismo tiempo nos deja entrever el conocimiento y el idilio del autor por la sierra, y por el más bravo y astuto de sus habitantes, el jabalí . El mejor manual para los no iniciados y un auténtico placer para los que, más o menos, ya estamos en estas tareas. No dejen de leer y después, nos contarán.