Como todo libro de cacerías es también por ende un libro de aventuras, de aventuras del corazón, y como tal, estará plagado de emociones que el cazador sentirá en el devenir de las mismas. La cacería no es un juego, es un deporte, y como tal, hay que tomarlo muy en serio y dedicarle el tiempo y entrenamiento que merece, pero sobre todas las cosas hay que hacerlo con sensibilidad y en forma agradable y placentera, nada más desagradable que un cazador mustio y amargado. AI que no se emocione ante el lance, por el tamaño del trofeo o la Peligrosidad del mismo, RECOMIENDO OTRO TIPO DE DEPORTE EN LA QUE LOS SENTIMIENTOS NO CUENTEN. Si usted señor, necesita para divertirse tirar mil tiros a unos volátiles o a las pobres liebres, le recomiendo el polígono, donde podrá poner al rojo vuestros cañones y la única sensación que lograréis será ésa, la de ampoliarse las manos. Este libro no está escrito para ellos, ya que no necesitan un buen cazadero de jabalíes o ciervos, sino una buena cantidad de dinero para gastarla en cartuchos.
Chaqueta de camuflaje ligera,...
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